martes, 19 de julio de 2011

Le Havre, arquitectura moderna

Desde el sábado hace un tiempo realmente otoñal. Lluvia y temperaturas bajas, de 12 a 20 grados y así va a seguir al menos toda esta semana; desolador. A pesar de este panorama el sábado nos fuimos a Le Havre, una ciudad portuaria en la desembocadura del Sena, en Normandía. En la 2ª Guerra Mundial quedó muy dañada por los bombardeos pero hoy su centro reconstruido entre 1945 y 1964 es Patrimonio de la Humanidad.

La primera impresión de Le Havre es un poco dura. Es todo arquitectura moderna en hormigón y requiere algún tiempo y unos paseos para sentirte cómodo con la homogeneidad de todo el centro, diseñado íntegramente por un mismo arquitecto, Auguste Perret. Acaba de seducirte completamente cuando visitas la Iglesia de Saint-Joseph. Por fuera es como un gran faro, y por dentro es impresionante, con las vidrieras y la torre absolutamente hueca (foto abajo). También es muy monumental la plaza del ayuntamiento (la otra foto con la torre y las fuentes). Actualmente está en obras para meter el tranvía (un auténtico furor en Francia porque también hemos visto obras de tranvía en Orléans y en Reims).

Con el tiempo borrascoso que teníamos (y tenemos) un buen sitio para meterse era el Museo de Arte Moderno, que presume de tener la colección de Impresionismo más importante después de París. Conste que a mi el Impresionismo cada vez me gusta menos (hace años me encantaba) pero este Museo está bien  por los cuadros de Dufy, como el azul de abajo. También tiene Renoir, Sisley, Monet...

Definitivamente Le Havre es un destino recomendable, con un centro "histórico" muy peculiar. Después de todo hay un montón de catedrales góticas en Francia pero ningún otro sitio con todo ese arte en purito hormigón.