jueves, 23 de marzo de 2017

Usaquén y la seguridad en Bogotá

Cierro la crónica del viaje a Colombia con una referencia a Usaquén, el barrio del hotel y la oficina en Bogotá. Es un barrio situado al norte, cuyo epicentro se sitúa entre las calles 112 a la 120, dónde hay una placita muy mona y toda una zona de restaurantes. Es una zona muy animada y a su lado han proliferado edificios de oficinas y algunos hoteles. También es una "zona segura", en la que se puede caminar sin problemas (así me lo aseguraron en el hotel). Curiosamente, el resto de la ciudad no parece ofrecer las mismas garantías. 

Mi primer día de excursión en Bogotá, el sábado pasado, me metieron algo de acojone con la seguridad. En el hotel me decían que era mejor que me acompañara un taxista de los del hotel todo el día, y que me podía esperar a la salida de los museos, o como mínimo irme a recoger a una hora previamente convenida. No me dieron ninguna garantía sobre los taxis de la calle. Creo que se curan en salud, por lo que pueda pasar. Lo cierto es que al final no seguí su recomendación y acabé caminando muchísimo en la ciudad, tanto en el centro, el barrio de la Candelaria, como en Chapinero, el barrio que concentra la oferta de locales gay. 

Mis caminatas fueron siempre a la luz del día y no me sentí inseguro en ningún momento. Eso sí, estuve consciente y alerta prácticamente todo el tiempo, monitorizando las áreas por las que caminaba. Así por ejemplo, entre las calles 6 y la 1 (tercera foto), lo vi todo demasiado destrozado y me apresuré a darme vuelta hacia la zona del congreso y la Catedral (que están al lado). Al final, creo que pasé más tensión en Ciudad de México, que es mucho más ciudad y mucho más desarrollada, pero es que allí también me moví por la noche en un par de ocasiones.

Además de caminar, utilicé Uber en un par de ocasiones (al igual que en México, resulta más seguro que los taxis), pero también el transporte público. Tenía ganas de probar el sistema "TransMilenio", un sistema bastante innovador con rutas de autobuses que funcionan casi como un metro. Disponen de carriles y estaciones propias, con plataformas elevadas (última foto).