viernes, 22 de abril de 2016

La rutina de Zurich

Sigo con mis idas y venidas frecuentes entre París y Zürich, y con la repetición vienen los nuevos hábitos y rutinas. Ultimamente me alojo siempre en el Swissotel, cuya mayor virtud es el gimnasio y spa de la planta 32, al que le saco mucho partido. Con cada viaje cambia la altura de la planta en la que estoy y la orientación de la habitación, pero me gusta lo de ir cambiando de vistas. 

El hotel está a unos 15 minutos andando de la oficina, y esos paseos rutinarios de mañana y de noche me resultan muy agradables. Los edificios más chulos de ese distrito (Oerlikon) son el complejo de oficinas del Credit Suisse, dónde además comemos con frecuencia... y siempre lo mismo: sushi bowls, que están muy buenos y son muy sanos. 

Dentro de esa vida corporativa tan clónica, lo mejor suelen ser las interacciones con mi equipo allí. Tengo ahora dos personas: un mexicano (gay) y una chica jovencita polaca como becaria. Los dos son super eficientes, super trabajadores y super simpáticos. Dentro de la gran carga de trabajo que tenemos nos lo pasamos pipa, y creo que eso es de las pocas cosas que me salvan para no caer en la desesperación o el agotamiento extremo.