sábado, 20 de septiembre de 2014

Gabinete de crisis (2ª parte)

Esta ha sido una semana soberana. Después de la crisis-piso de la semana pasada, este lunes tuve una conversación muy seria con mi jefa. Básicamente, anuncié que no acortaba mi periodo de prueba como ellos querían y que además suspendía la búsqueda de piso en París. Dejé claro que era "inaceptable, injusto e innecesario" (=chapuza absoluta) lo que habían hecho: meterme presión para encontrar un piso  durante mi periodo de prueba cuando debían saber que el mercado local ponía muy difícil ese tipo de alquileres. Mi jefa estaba literalmente lívida. Además añadí elementos que no me gustaban de mi trabajo actual y que hacían necesario que nos tomáramos un respiro y esperáramos a finales de octubre (fin del periodo oficial de 4 meses) para hacer un balance en condiciones. 

De martes a jueves estuve de nuevo en Chantilly, a 50 km de París, haciendo un curso que fue realmente maratoniano. Jornadas de 8 u 8:30 de la mañana a 7 de la tarde, para volver a cenar en grupo a las 8 de la noche. En fin, una barbaridad de horario, muy a la francesa: sabemos cuando empezamos pero no cuando acabamos. Una de las mañanas salí a correr al amanecer, a las 7 de la mañana. Es mi mejor recuerdo de estos días: la bruma, los caballos, el bosque, los campos y la salida del sol; mágico. 

El viernes, ya de vuelta en la oficina, volví a tener reunión con mi jefa. Estuve muy asertivo pero muy sereno, para decir que veía dos escenarios: o bien todo esto servía para que aceleráramos la confianza mutua y el conocernos mejor, o que bien entrábamos en un periodo de estar los dos a la defensiva y espiral descendente. Proporcioné nuevos ejemplos de las cosas que no estaba haciendo bien para posicionarme adecuadamente en la organización. Fue una conversación con muy buen rollo y muy positiva; creo que lo entiende todo perfectamente. Me comunicó que la empresa ampliaba mi alojamiento temporal hasta diciembre, y que podía quedarme en el piso actual o mudarme a otro que creían podía estar mejor. Parece, por tanto, que la reacción es positiva y vamos en el buen camino.